La piel es el órgano más grande del cuerpo, cubriendo aproximadamente 1.7 m² y representando alrededor del 10% de la masa corporal total de una persona promedio. Su función principal es actuar como una barrera entre el cuerpo y el entorno externo, protegiendo contra la pérdida de agua y la entrada de toxinas. Además, la piel regula la temperatura corporal, la presión sanguínea y actúa como un importante órgano sensorial. La irritación cutánea es una afección común que puede causar molestias significativas, incluyendo enrojecimiento, picor, hinchazón y, en algunos casos, ampollas o descamación.
La irritación de la piel es una respuesta biológica a una variedad de estímulos externos que inducen inflamación cutánea. Esta afección, que presenta un problema de salud significativo con impacto social y ocupacional, se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón, sequedad, fisuras, descamación, picor y dolor. La irritación cutánea puede ser causada por factores externos como productos químicos, tejidos, condiciones climáticas adversas, tatuajes o tratamientos dermatológicos.
Además de los factores externos, existen factores internos que pueden causar irritación en la piel. Entre los factores internos más comunes se encuentran las enfermedades como la dermatitis atópica, que es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel caracterizada por picor intenso, piel muy seca y sensible, y tendencia a la sobreinfección. La xerosis, o falta de hidratación de la piel, también debilita sus funciones y la hace más vulnerable a las irritaciones. Reacciones adversas a medicamentos, alergias y situaciones de estrés pueden agravar la sequedad, el picor y las irritaciones.
La interacción entre un irritante y la piel humana depende de múltiples factores, incluyendo las propiedades intrínsecas del irritante, su concentración, y variables individuales y ambientales. Los principales mecanismos patológicos de la irritación incluyen la disrupción de la barrera cutánea, la inducción de una cascada de citocinas y la implicación de la red de estrés oxidativo, resultando en una reacción inflamatoria visible o subclínica.
La irritación de la piel es una reacción inflamatoria no inmunogénica que aparece poco después de la estimulación y generalmente desaparece en unos pocos días. Eritema, o enrojecimiento de la piel, es una característica principal de las reacciones inflamatorias producidas por el contacto con sustancias irritantes. La irritación cutánea representa aproximadamente el 70% de todos los casos de dermatitis de contacto.
Es importante identificar y tratar la causa subyacente de la irritación para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones como infecciones y cicatrices.
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