La sequedad nasal es una afección frecuente y a menudo incómoda que afecta tanto a la piel nasal externa como a la mucosa nasal. Se caracteriza por una piel áspera, escamosa y enrojecida alrededor de la nariz, junto con sensaciones de tirantez, picor leve y sequedad dentro de las fosas nasales. Esta sequedad puede deberse a diversos factores, como el tiempo frío o ventoso, el uso excesivo de pañuelos durante los resfriados, alergias cutáneas, sobreexposición al sol, deshidratación o afecciones cutáneas como dermatitis perioral, rosácea, eczema o psoriasis.
La sequedad de la mucosa nasal puede deberse al aire acondicionado, la calefacción, los efectos secundarios de los medicamentos y afecciones subyacentes como la rinitis crónica o el síndrome de Sjögren. Sin los cuidados adecuados, la sequedad en estas zonas puede durar semanas o incluso meses, lo que puede provocar infecciones cutáneas secundarias y molestias importantes, como costras nasales y hemorragias nasales ocasionales.
La piel seca o xerosis es un trastorno muy frecuente en la población general que se presenta a cualquier edad, sexo y etnia. La zona de la piel nasal es especialmente propensa a esta afección, ya que su naturaleza más fina y sensible implica que puede hacer frente a las agresiones externas con menos fuerza que otras zonas de la piel. Además, debido a su ubicación, la piel nasal es una de las pocas zonas del cuerpo en contacto continuo con las condiciones ambientales, que se consideran una de las principales causas de la sequedad cutánea.
La xerosis nasal se caracteriza principalmente por la presencia alrededor de la nariz y la boca de una piel áspera, escamosa y a menudo pruriginosa que ha perdido sus propiedades mecánicas normales. Además, la zona perinasal que padece xerosis suele enrojecerse y se nota una incómoda sensación de tirantez.
A nivel celular, la xerosis nasal puede explicarse por la disminución del contenido de agua en el estrato córneo, que afecta la descamación cutánea normal y provoca la adhesión y acumulación de corneocitos en la superficie cutánea. La consecuencia macroscópica de esta renovación cutánea anormal es la aparición visible de sequedad, aspereza y descamación. En conjunto, estas condiciones epidérmicas causan picor, lo que provoca el rascado y agrava aún más la alteración del estrato córneo.
Si no se trata, la xerosis nasal puede provocar complicaciones como roturas o grietas en el tejido afectado, aumentando la entrada de alérgenos, microbios o sustancias tóxicas que inducen la inflamación del tejido. Además, la deficiencia en la protección frente a elementos exógenos también puede dar lugar a una infección cutánea bacteriana secundaria. Es importante tratar la xerosis nasal para mejorar la sensación de sequedad y picor, así como el aspecto de la piel.
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